miércoles, 26 de noviembre de 2008

Principios del entrenamiento

El Principio de la sistemática

En él se subraya la lógica secuencial a la hora de organizar todos los medios, en correlación con los principios que sustentan el entrenamiento. Organiza todos los componentes necesarios para la sesión de entrenamiento, en la que están previstos momentos de enseñanza, de formación y de perfeccionamiento.

La aproximación sistemática organiza las interdependencias de los distintos aspectos que determinan el rendimiento. La interdependencia ha de tener en cuenta la necesidad de que se desarrolle un factor dentro de los límites sin crear interferencias negativas con otro.

Los puntos fundamentales son:

- Desarrollar un punto esencial en la sesión, en un período breve y de muy breve duración.

- Hacer que el entrenamiento tenga un carácter progresivo en el nivel de entrenamiento de los atletas.

- La individualización.

- La claridad de los objetos, medios y métodos del entrenamiento.

- En el plano didáctico-metodológico pueden sintetizarse las siguientes reglas, que orientan al profesor desde la hora de clase hasta el momento de programar uno o más años de actividades.

El conjunto de los principios aquí enunciados, debe sintetizarse en tres reglas de la praxis:

- Desde lo sencillo

- De lo fácil a lo difícil.

- De lo conocido a lo desconocido.

Estas tres pautas, combinadas, pueden conducir a un sencillo sistema que puede evitar errores pedagógicos.

Habitualmente cuanto más prolongado es el tiempo de preparación, más estables son, o sea tienen una más lenta disminución, las adaptaciones obtenidas. Por estos y otros motivos, no es posible practicar una actividad deportiva sana y eficaz fuera de un contexto de continuidad de la actividad física y deportiva. Además, hay que tener presente que precisamente la pérdida de la experiencia táctica, puede originar problemas no sólo técnicos sino también de equilibrio del desarrollo motor:

Un sujeto que haya interrumpido el entrenamiento recuerda perfectamente y quiere reproducir las habilidades técnicas de su deporte, pero no tiene el potencial funcional requerido para realizarlo, por lo que se expone al riesgo de traumatismos en el aparato locomotor de diversa índole e incluso, en algunos casos, a daños funcionales mucho más graves.

Hay que añadir que las propias estructuras del aparato locomotor se adaptan a distinta velocidad; por ejemplo, los huesos y los tendones se modifican por influencia de la carga, mucho más lentamente que los músculos, lo que expone al atleta, mucho más a la tendinitis y a otros accidentes de tipo no directamente traumático, como consecuencia de la sobrecarga relativa de estas capacidades de recuperación específica.

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